Como funcionan los algoritmos en redes sociales

¿Cómo funcionan los algoritmos en redes sociales y por qué están cambiando nuestra percepción de la realidad?

¿Por qué ves siempre lo mismo en redes sociales?

¿Te has preguntado por qué cuando ves un video sobre política, salud o religión, inmediatamente te aparecen otros similares? ¿O por qué algunas personas creen en teorías conspirativas que parecen salidas de una película? La respuesta está en una palabra: algoritmos.

Vivimos en la era de los algoritmos, sistemas invisibles que deciden lo que vemos en Facebook, TikTok, Instagram, YouTube, e incluso en Google. Estos algoritmos no solo muestran contenido: moldean opiniones, manipulan emociones y cambian la forma en que entendemos el mundo.

¿Qué son los algoritmos y cómo funcionan?

Un algoritmo es un programa o conjunto de instrucciones que utilizan las plataformas digitales para decidir qué contenido mostrarte, en qué orden y con qué frecuencia. En otras palabras, es como un robot invisible que te observa mientras navegas y va anotando todo lo que haces: qué videos ves, qué publicaciones te gustan, cuánto tiempo te quedas leyendo algo, qué palabras buscas, etc. Cuando interactúas con una publicación —ya sea dándole “like”, comentando, compartiendo o simplemente viéndola más de unos segundos—, el sistema “aprende” que ese tipo de contenido te interesa.

Basado en eso, el algoritmo “decide” qué mostrarte después y comienza a mostrarte más de lo mismo.

Ejemplos prácticos:

  • Si ves un video en YouTube sobre que “las vacunas no sirven”, el algoritmo piensa: “a esta persona le interesa eso” y comenzará a mostrarte más videos parecidos, incluso si son falsos o peligrosos.
  • Si buscas en Google “¿es segura la vacuna?”, te mostrará artículos basados en lo que otras personas con ideas similares a las tuyas han leído antes.
  • Si en TikTok ves un video que dice que el mundo se acabará pronto, y te quedas viéndolo completo, TikTok te mostrará más y más videos catastróficos, aunque no tengan base científica.
  • Si escuchas un podcast donde dicen que una élite secreta controla el mundo, Spotify o YouTube Music podrían recomendarte otros programas con ideas parecidas, haciéndote creer que “todo encaja”.

El algoritmo no verifica la verdad: solo responde a lo que llama tu atención.

¿Por qué lo hacen? El negocio detrás de los algoritmos y del contenido viral

La mayoría de estas plataformas ganan dinero con publicidad. Cuanto más tiempo pases en la app, más anuncios pueden mostrarte. Por eso, el objetivo de los algoritmos no es educarte, sino mantenerte enganchado.

Y esto ha creado un problema grave: algunos creadores publican contenido falso o extremista porque saben que los contenidos más sensacionalistas, extremos o falsos suelen generar más clics, vistas y dinero.

La razón es simple: dinero. Estas plataformas ganan miles de millones de dólares con la publicidad. Cuanto más tiempo tú pases viendo videos, publicaciones o escuchando podcasts, más anuncios pueden mostrarte.

¿Cómo ganan dinero los creadores de estos contenidos?

  • YouTube y TikTok pagan por vistas: Una persona puede ganar entre $2 y $10 por cada mil vistas. Si suben un video falso o conspirativo que se vuelve viral (aunque sea mentira), pueden ganar cientos o miles de dólares.
  • Publicidad directa: Algunos influencers promueven productos milagrosos, “cursos secretos”, criptomonedas dudosas o remedios mágicos… y ganan comisiones por cada compra que alguien hace desde su video o enlace.
  • Podcasts y transmisiones en vivo: Muchos “expertos” sin preparación real hacen programas donde comparten teorías extrañas solo para atraer seguidores. Cuantos más oyentes tienen, más dinero ganan por patrocinios o donaciones.
  • Venta de miedo o esperanza: Algunos sitios venden libros, seminarios, membresías o contenido exclusivo para los que “quieren conocer la verdad”. En realidad, muchas veces están vendiendo humo.

Casos reales:

Durante la pandemia de COVID-19, circularon videos donde se decía que la COVID no existía o que era un invento. Tambien se viralizaron videos con remedios falsos o teorías de conspiración sobre el origen del virus. Esos videos se monetizaban con millones de vistas antes de ser eliminados. Algunos creadores ganaron miles de dólares, pero pusieron en riesgo la salud pública.

  • Ejemplos reales: En Estados Unidos, se descubrió que varios influencers antivacunas ganaban millones vendiendo vitaminas y productos “naturales” mientras esparcían desinformación.

Casos reales:

En campañas políticas, se difundieron noticias falsas para manipular votos. Incluso surgió el término “fake news” para desacreditar a medios serios, confundiendo aún más a la gente.

Ejemplos reales:

  • Durante las elecciones, canales con noticias falsas recibían más visitas que medios serios, simplemente porque los títulos eran más escandalosos.
  • En algunos países, los algoritmos han amplificado discursos de odio y polarización que han resultado en conflictos sociales y violencia.

¿Cómo afecta esto a nuestra percepción de la realidad?

Cuando solo vemos contenido que refuerza lo que ya creemos, o lo que nos da miedo, y evita mostrarte puntos de vista distintos, caes en lo que se llama una “burbuja de filtro” o cámara de eco. Tu realidad empieza a construirse con base en lo que los algoritmos creen que quieres ver.

El algoritmo construye un mundo a nuestra medida, pero no siempre basado en la verdad. Esto se conoce como cámara de eco o burbuja informativa.

Esto no solo limita tu conocimiento, sino que te hace más vulnerable a la manipulación.

Así, muchas personas:

  • Empiezan a desconfiar de médicos, científicos o medios serios.
  • Se aíslan de familiares que piensan distinto.
  • Creen que todo el mundo piensa como ellas, cuando en realidad es solo su “burbuja”.

Video explicativo corto: comprende los algoritmos en poco tiempo

Mira este breve video en español del Gabinete de Comunicación de una universidad, que en pocos minutos te muestra cómo los algoritmos deciden lo que ves hoy:

¿Cómo protegernos? 7 Consejos para no caer en la desinformación

  • Verifica la fuente: Asegúrate de que la información venga de medios confiables, como universidades, instituciones oficiales o medios reconocidos como la CDC o la OMS.
  • Investiga el contenido: Si algo te sorprende o te indigna, ¡investiga antes de compartirlo! Si una noticia te impacta mucho, probablemente está diseñada para eso. Revisa si es cierta.
  • Diversifica lo que ves: Sigue diferentes tipos de cuentas, con distintas opiniones y puntos de vista. Así el algoritmo te mostrará contenido más balanceado y no te encierra en una sola perspectiva.
  • No compartas contenido dudoso: Aunque parezca gracioso o interesante, piensa si puede hacer daño o propagar falsedades.
  • Habla con otros: Conversar con personas fuera de tu burbuja digital te ayuda a ver otras perspectivas y salir del sesgo.
  • No alimentes el contenido nocivo: No comentes ni compartas publicaciones falsas. Incluso criticarlas les da más visibilidad.
  • Educa a tu familia: Habla con tus hijos, abuelos y amigos sobre cómo funciona este sistema. Muchos no lo saben y son víctimas fáciles.

Conclusión: Educar, reflexionar y tomar el control

Los algoritmos llegaron para quedarse. No son malos por sí solos, pero cuando no entendemos cómo funcionan, pueden convertirse en una trampa peligrosa. Una trampa que manipula nuestra atención, nuestras creencias y hasta nuestras decisiones de vida.

Por eso, es urgente que como comunidad hispana en Estados Unidos aprendamos a pensar de manera crítica, a cuestionar lo que vemos y a no dejarnos llevar por el miedo o el sensacionalismo.

No todo lo que aparece en tu celular es verdad, aunque se repita muchas veces. Tú tienes el poder de informarte, de investigar y de decidir qué creer. No le entregues tu mente a un algoritmo sin filtros.

Los algoritmos son herramientas poderosas que pueden conectar, educar o inspirar. Pero también pueden desinformar, dividir y manipular si no aprendemos a usarlos con conciencia.

Es vital que eduquemos a nuestras familias, jóvenes y adultos mayores sobre estos riesgos. Solo así podremos protegernos de la desinformación y construir una sociedad más informada, crítica y libre.

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Fuentes confiables

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