¿Por qué empezó la guerra entre Israel e Irán (y qué papel juega EE. UU.)?
Una guerra que nadie quería… pero que amenaza con incendiar Medio Oriente. Parece una pregunta de novela política, pero es realidad: ¿por qué Israel e Irán se lanzan a una guerra abierta en junio de 2025, justo cuando EE. UU. decide intervenir directamente? Y por si fuera poco: ¿qué tiene que ver todo esto con el eterno conflicto entre israelíes y palestinos? Descubre cómo empezó el conflicto Israel-Irán, por qué EE. UU. está involucrado y qué está en juego para el mundo entero. Te lo cuento aquí, de manera clara y accesible, desde los orígenes hasta el desenlace posible, con un llamado urgente a evitar una escalada global. Una reflexión urgente por la paz.
¿Por qué empezó la guerra entre Israel e Irán ?
Una enemistad de largo plaz
Los lazos rotos se remontan a la revolución islámica de 1979, cuando Irán transformó su política exterior y comenzó a patrocinar a grupos como Hezbolá y Hamas con un discurso en contra de Israel. Durante las dos últimas décadas, esa tensión fue construyéndose en sombras: asesinatos de científicos iraníes, sabotajes a sus instalaciones nucleares, ciberataques y bombardeos indirectos en Siria y el Golfo.
El programa nuclear como detonante
Irán inició sus enriquecimientos en los 2000, desencadenando sanciones y negociaciones que culminaron en el acuerdo nuclear de 2015, el JCPOA. Sin embargo, la retirada de EE. UU. en 2018 bajo Trump reactivó el peligro: Irán volvió a enriquecer uranio a niveles peligrosos, acumuló reservas por encima de lo permitido y retomó el desarrollo de misiles balísticos (AP, 2025; Vox, 2025).
“Operación León Naciente” (Rising Lion): ¿un ataque sin precedentes?
La chispa final llegó el 13 de junio de 2025. Israel lanzó una ofensiva masiva y precisa –bombarderos F‑35, drones explosivos y fuerzas especiales dentro de Irán– dirigidos al corazón del programa nuclear. Israel destruyó centrales de uranio, misiles y eliminó a altos mandos como el general Bagheri y el científico Triahchi. Fue una operación coordinada con inteligencia previa y preparación sigilosa por parte del Mossad: misiles y drones fueron depositados silenciosamente desde dentro de Irán.
¿En qué se parece esta guerra con la de Irak 2003?
A primera vista, el ataque de Israel a Irán con apoyo de EE. UU. puede parecer un eco de la invasión a Irak hace dos décadas, liderada por George W. Bush. Sin embargo, al examinar ambos contextos, surgen similitudes inquietantes
- Narrativa preventiva: Ambas operaciones se justificaron por la supuesta necesidad de actuar antes de que el enemigo desarrolle o use armas de destrucción masiva.
- Presión internacional y críticas: En ambos casos, hubo divisiones internacionales. Mientras algunos aliados apoyaron, otros —como la Unión Europea y China— criticaron la intervención como unilateral o exagerada.
- Sospechas sobre la veracidad de la amenaza: En Irak, nunca se encontraron las armas prometidas. En Irán, aunque existen pruebas de enriquecimiento nuclear, algunos analistas afirman que no había evidencia inminente de un ataque directo.
- Tensiones internas en EE. UU.: Tanto Bush como Trump enfrentaron críticas internas por ignorar los procesos institucionales, actuar sin declarar guerra formalmente y polarizar la política exterior.
Conexión con Gaza y Palestina
El estallido de la guerra en Gaza en 2023 posicionó a Irán como sponsor de Hamas. Esto encendió nuevamente la tensión: cada bombardeo israelí contra las instalaciones palestinas alimentaba la hostilidad iraní, mientras Irán respondía atacando posiciones israelíes desde Líbano y Siria. El conflicto actual cristaliza toda esa confrontación indirecta y acumulada (IISS, 2025).
Opinión | El giro de Trump: ¿Aislacionista o rehén de sus alianzas?
Donald Trump prometió una cosa y terminó haciendo otra. Durante años fue el adalid del “America First”, criticó la invasión de Irak, y se presentó como el presidente que pondría fin a las guerras eternas. Pero bastó una chispa entre Israel e Irán para que su discurso se reconfigurara… o se desmoronara.
En junio de 2025, el mundo fue testigo de un cambio silencioso pero poderoso. Mientras Israel lanzaba su operación militar más audaz en décadas contra instalaciones nucleares iraníes, Trump —que no quería “otra guerra en Medio Oriente”— aprobaba el uso de misiles Tomahawk, bombas antibúnker y satélites estadounidenses para apoyar el ataque.
No hubo tropas, no hubo bandera estadounidense ondeando en territorio iraní, pero no hacía falta: Estados Unidos estaba profundamente involucrado.
¿Y la promesa de no intervenir?
Trump defendió su decisión argumentando que no se trataba de una guerra, sino de una “respuesta táctica”, y que el verdadero agresor era Irán. Incluso impuso límites: se negó a autorizar el asesinato del ayatolá Jamenei, para no cruzar la línea roja de lo que se considera un crimen de guerra. Pero la intervención ya era clara, y su base —dividida entre aislacionistas y halcones pro-Israel— empezó a fracturarse.
¿Por qué complacer siempre a Israel?
Aquí está la verdadera pregunta: ¿por qué Trump —y muchos presidentes antes que él— sienten que deben complacer a Israel casi incondicionalmente? Hay varias respuestas posibles, y todas son incómodas.
- Primero, el lobby israelí en Washington, especialmente el AIPAC, ha tenido durante décadas una influencia extraordinaria sobre la política exterior estadounidense.
- Segundo, Israel es un aliado clave en inteligencia, tecnología militar y estrategia regional.
- Tercero, el electorado evangélico conservador en EE. UU., pilar de la base trumpista, ve a Israel como el cumplimiento de una profecía bíblica y, por tanto, intocable.
- Pero hay un cuarto motivo, más geopolítico: apoyar a Israel es una forma de contener indirectamente a Irán, a Rusia y hasta a China, sin tener que enfrentarlos directamente. En este ajedrez, Israel actúa como pieza avanzada de Occidente, y Trump —pese a sus discursos anti-globalistas— no quiere perder ese control estratégico.
¿Trump el pragmático? ¿O Trump el condicionado?
Quizás Trump no haya cambiado tanto como parece. Tal vez simplemente entendió que, en política internacional, hay compromisos que ningún presidente puede evitar… aunque eso signifique traicionar sus propias promesas.
El problema es que, al intentar quedar bien con todos —el Pentágono, Israel, su base cristiana y el votante promedio cansado de guerras— Trump puede terminar por no convencer a nadie. Y mientras tanto, el mundo arde.
Posibles efectos globales si EE. UU. lanza ataques directos a Irán
- Escalada en cadena: Irán podría bloquear el Estrecho de Ormuz, disparar contra bases estadounidenses en la región o activar a sus redes en Irak, Yemen y Siria (JINSA, 2025).
- Crisis energética mundial: cualquier interrupción en el Golfo impactaría los precios del petróleo y aceleraría la inflación global.
- Tensión geopolítica: China y Rusia condenarían el ataque, lo considerarían una violación de la ley internacional y reactivarían rivalidades diplomáticas.
- Fragmentación interna en EE. UU.: la acción de Trump, sin consulta al Congreso, generó tensiones institucionales y potenciales divisiones en su propia coalición.
- Emergencia humanitaria: aumento de víctimas civiles, desplazamientos de población y recrudecimiento de la violencia en una región ya frágil.
Conclusión: ¿Por qué empezó la guerra entre Israel e Irán?
La guerra Israel‑Irán, estallada el 13 de junio de 2025, no es un conflicto aislado, sino el desenlace de décadas de rivalidad nuclear, económica y geopolítica. EE. UU., bajo Trump, optó por respaldar a Israel con medidas militares pese a su retórica anti‑guerra, priorizando influencia global y apoyo interno. Si Washington ataca a Irán directamente, podrían desatarse consecuencias globales de largo alcance: militarización regional, crisis energética y división internacional.
Este enfrentamiento no surge de la nada. Es el eco de décadas de rivalidad nuclear, ideológica y estratégica entre Irán e Israel, exacerbado por rupturas diplomáticas y la actuación militar de Trump. Aunque la ofensiva de junio de 2025 no es una guerra convencional al uso, el riesgo de desencadenar una conflagración regional es real y preocupante.
El llamado final: urge volver a la diplomacia efectiva, a la resolución pacífica y al entendimiento multilateral. Solo así podremos contener una escalada que amenaza al mundo entero.
Por eso el mensaje es claro: ahora más que nunca se necesita diplomacia valiente, control de armamentos, mediadores imparciales y un acuerdo internacional. No podemos permitir que este conflicto escale hacia una guerra sin retorno. Hagamos que la paz empiece hoy.
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Fuentes (formato APA)
- Australian Commentary. (2025). Is Donald Trump a neo‑con now? The Australian.
- AP News. (2025). Trump’s big gamble in Iran is a risky moment after his pledges to keep US out of ‘stupid wars’.
- Financial Times. (2025). Donald Trump’s anti‑war pledge tested as Israel’s attack on Iran splits MAGA base.
- Hudson Institute. (2025). How Israel’s Operation Rising Lion Dismantled Iran from Within.
- IISS. (2025). Israel–Iran conflict: current assessment and future scenarios.
- JINSA. (2025). Israel’s Operation Rising Lion: 6/20/25 Update.
- Politico EU. (2025). Trump wants ‘real end’ to Iran‑Israel conflict.
- Time. (2025). Why Trump’s MAGA Base Is Splintering Over Iran and Israel.
- Washington Post. (2025). How Mossad covertly prepared Israel’s attack from deep inside Iran.
- Vox. (2025). This time, it’s Trump’s war.
- Wikipedia contributors. (2025). June 2025 Israeli strikes on Iran & June 2025 Mossad operations in Iran.